Nuevas investigaciones demuestran los beneficios de tener una mascota en casa. Quizás algún día los médicos prescriban adquisiciones de este tipo y las obras sociales las cubran…

Todo el que ha tenido una mascota conoce y disfruta de los beneficios de su compañía. ¿Qué nos dicen las investigaciones al respecto? ¿Será cierto que son tan beneficiosas o es solo la subjetividad de sus dueños?

En la vida de cada persona existe al menos una anécdota que incluye un animal. No importa si ha sido propio, de un primo, un amigo o de alguna visita a la granja. Los animales generan todo tipo de sensaciones en las personas; solo pensar en quienes pagan sumas gigantescas de dinero para ir de zafarí y ver a los animales en su hábitat natural, alcanza.

Hace muchos años que los seres humanos hemos “domesticado” distintas especies de animales. El perro y el gato son los más corrientes, pero hoy conviven en nuestras casas todo tipo de aves, peces, roedores, entre otros ¿Cuáles son las consecuencias que tiene para nuestro bienestar vivir con estos seres vivos?

Diversos estudios afirman que contar con la presencia de una mascota en casa tiene múltiples beneficios para la salud física y psíquica de las personas: aumenta la calidad de vida, fortalece el sistema inmunológico, previene infartos, disminuye los síntomas de la depresión y la ansiedad, entre otros.

En relación a la salud física por ejemplo, un estudio realizado por la American Heart Association, demostró que tener mascotas en casa puede contribuir para evitar enfermedades cardiacas. Esto no significa que por tener un perro, casi como algo mágico, se es inmune a los infartos. Lo que el estudio muestra es que la rutina de pasear al perro hace que las personas caminen de manera diaria, una de las prescripciones más usuales para el cuidado cardiaco. Gracias a que lleva a cabo este ejercicio todos los días, la persona es menos propensa a sufrir enfermedades cardiovasculares.

Estudios de Finlandia, por ejemplo, demostraron que los niños que han tenido más contacto con animales, gozan de un sistema inmune más fuerte especialmente en lo que respecta a enfermedades alérgicas o asma. La investigación más importante se desarrolló durante el lapso de un año, en el que se hizo un exhaustivo seguimiento de 397 recién nacidos. Se estudió como, a lo largo de un año, su sistema inmune respondía al contacto con los animales. El estudio mostró que los niños que más se relacionaron con sus animales, eran más saludables.

En el aspecto psicológico, diversas investigaciones han puesto a prueba la vivencia subjetiva de los fanáticos de los animales sobre los beneficios emocionales que tienen las mascotas. El veredicto es que su compañía ayuda a disminuir las alteraciones psicológicas, reduce la sensación de soledad, estrés y ansiedad, contribuye en la lucha contra la depresión, entre otros. Lo que se ha demostrado en los últimos años, es que la interacción con los animales (jugar con ellas, pasear, acariciarlas, etc) permite que el cerebro produzca hormonas (oxitocina y serotonina) indispensables para la sensación de bienestar.

Además de todos estos beneficios, diversas organizaciones han entrenado animales (normalmente perros) para asistir a las personas en su día a día. Son muchos los animales que acompañan a ciegos, paralíticos, autistas, niños con dificultades sociales, ancianos, entre otros, en sus actividades diarias.

Si bien aún falta mucho por estudiar y existen algunas controversias en torno a estas temáticas, quizás en un futuro no muy lejano, nuestro médico nos prescriba adquirir un animal… ¿cuál será el plan que lo cubra?